JULIO 17
MATEO 6: 14
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial
MATEO 18: 21 - 22
21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
HEBREOS 12: 15
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados
Creo que ninguna persona puede decir que no ha sido ofendida o lastimada por otra. Quizás, ese gran amigo, ese amigo del alma, no estuvo allí con usted en esos momentos terribles de dolor; o su pareja le ha sido infiel, en fin, todos, sin excepción hemos considerado en muchas ocasiones en nuestra vida que debemos terminar con esas relaciones que nos produjeron malos momentos.
Además, las personas que nos rodean, el medio, nos impelen a no perdonar, a terminar con amistades y compromisos. La pregunta que sigue es: ¿Qué debemos hacer? ¿Será que si perdonamos nos estamos humillando? ¿Nos corre sangre por las venas?
Como el Señor es sabio, como sabe que si nuestro corazón se llena de resentimiento, si brotan en nuestros corazones raices de amargura, no seremos felices y nuestra paz se perturbará, nos manda a perdonar. La salud física y espiritual se ven beneficiadas por el perdón. No importa si nuestras muestras de afecto y perdón no tienen eco.
Perdonar significa tomar la decisión de vivir en paz, de olvidar las ofensas y evitar la venganza. Perdonar significa avanzar tranquilos y firmes en nuestra vida espiritual y por supuesto favorecer la salud física. Yo lo exhorto a perdonar a todos por todo. Así podemos estar tranquilos y con la certeza de que nuestro Padre nos perdona también a nosotros, porque así lo expresó en Mateo 6. "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial" y, ¡Vaya si cometemos multitud de pecados cada día!
Amado Padre celestial. Nos quedamos cortos para expresar los sentimientos que nos embargan cuando pensamos en este tema tan espinoso. Sin embargo, cuando leemos tu palabra entendemos que tenemos la obligación de perdonar porque así nos lo ordenas, y más que nada, porque solo así podemos acercarnos a ti y pedirte perdón por todos los pecados que cometemos cada día. Gracias Padre misericodioso por poner en nuestros corazones la compasión y humildad necesarios para pasar por encima de las ofensas o desaires que nos hacen y pensar solamente en que setenta veces siete debemos perdonar, y eso significa siempre. Todo, lo que sea . Te adoramos Señor y oramos en el nombre de Jesús, amén.