DEUTERONOMIO 1: 28-30
28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.
29 Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos.
30 El Señor vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos.
ISAÍAS 43: 1 - 2
1 Ahora, así dice el Señor , Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Todos hemos tenido días en los que nos sentimos completamente incapaces. Todo nos sale mal, tememos enfrentar situaciones frente a las cuales pensamos que no podremos dar lo que se espera. Puede que le hayan ofrecido un cargo y usted en el fondo de su corazón sienta que no tiene las competencias que se necesitan y el miedo lo invade. Puede ser que se enfrente a una nueva situación en la que solo usted puede actuar y no sabe cómo.
La buena noticia es que usted no está solo. El señor es su soporte y el que lo capacita para todo. Cuando nos sentimos impotentes y temerosos recordemos que nos dice en su palabra, lo que dijo al pueblo de Israel en el desierto. " No temáis, ni tengáis miedo". Efectivamente, solo necesitamos abandonarnos en sus brazos con la certeza de que Él dará la batalla por nosotros, Él nos capacitará y nos sacará victoriosos tanto en los malos momentos como en los proyectos en que nos empeñamos.
Al respecto, es necesario recordar que Dios tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros y que si lo dejamos, nos llevará de victoria en victoria ejecutándolo. Como dice Isaías "Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo y si por los ríos, no te anegarán". Por ello, frente a cada situación, digámosle que por favor actúe porque sabemos que su voluntad es agradable y perfecta.
Padre celestial, qué bueno sentir que frente a nuestra impotencia y temor te tenemos a ti. Como a los Israelitas nos das la seguridad de tu protección y amor incondicional. Por favor Señor permítenos sentir tu presencia y tu respaldo. Gracias porque contigo nada tememos. Somos felices por contar contigo. Gracias porque podemos declararte nuestra debilidad y porque frente a ella nos muestras tu respaldo. Te adoramos y oramos en el nombre de Jesús, amén.