SALMOS 62: 5 7
5Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.
6 Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré.
7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
Dios nuestro padre es amor. Él es nuestra roca, en el podemos descansar porque esa es su naturaleza y como tal quiere para todos los hombres de este planeta la felicidad y la protección. Él es nuestra esperanza. Tan grande es su amor que envió a su hijo Jesús para que fuera su testimonio, para que nos enseñara que debemos vivir de acuerdo con su voluntad.
De hecho, el principal legado que nos dejó fue el mandamiento del amor. Su palabra dice que el primero y principal de los mandamientos es el amor y el segundo, como el primero. Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. De ahí dice dependen la ley y los profetas.
Por esa razón, los mayores esfuerzos en nuestras vidas deben estar dirigidos hacia el logro de un corazón amoroso, desinteresado, sin acepción de personas. Eso, se nota. Y en cada uno de nosotros debe notarse. La gentileza, la tolerancia, la gratitud y la actitud de servicio deben ser características de cada uno de los hijos de nuestro Padre y hermanos de su hijo Jesús. En cada uno de nuestros hermanos debemos ver el rostro del Señor que cumplió el propósito de Dios hasta la muerte.
Amado Padre celestial, gracias por ese inconmensurable amor que tienes por todos nosotros. Gracias por enviar a tu hijo Jesús para que pudiéramos conocer tu naturaleza, tu amor por todos nosotros y gracias por dejar en nuestros corazones tu santo espíritu para que nos enseñe y revele tu voluntad. Te adoramos Señor y te pedimos humildmente que no nos olvidemos que lo mas importante de nuestras vidas es el amor. Amén.