PALABRA DE DIOS
GÉNESIS 1: 26 - 28
26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28Y los bendijo Dios,y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
En los versículos 26 a 28 de Génesis 1, la Biblia nos revela que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Esta revelación nos lleva a reflexionar sobre la importancia de reconocer la divinidad y el propósito de nuestras vidas. También nos recuerda que somos preciosos y únicos, con un propósito divino en la creación de Dios. Reconocer nuestra conexión con Dios y entender que llevamos la impronta de lo divino en nuestro ser, nos compromete a vivir de acuerdo con esa verdad, respetando la creación y a nuestros semejantes.
La creación no solo nos habla de la grandeza y el poder de Dios, sino que también nos muestra cuánto valemos nosotros, como seres humanos, en Su plan. Al reflexionar sobre estos versículos, no solo somos llamados a cuidar y preservar el mundo físico que nos rodea, sino también las relaciones interpersonales basadas en el amor y la compasión, recordando que somos responsables de honrar la creación de Dios en todas sus formas. ¡Recordemos siempre vivir en armonía con la creación y con nuestro prójimo!
Amado Padre, ¡qué maravilloso eres!. No tenemos palabras para expresar nuestros sentimientos ante tu magnificencia. Cada célula de nuestro cuerpo, nuestra mente y sobre todo nuestro espíritu son obra tuya. Queremos, Señor, ser como quieres que seamos y ser agradables a ti. Gracias por todo lo que vemos a nuestro alrededor, gracias por tu amor. Te adoramos en el nombre de Jesús, amén.