1 JUAN 3: 1-3
1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
FILIPENSES 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
¿Alguna vez ha pensado que usted no es importante para Dios? En lo personal, si. Cuando las circunstancias no son favorables, cuando a pesar de acudir a Él parece que no nos escucha, cuando ocurren circunstancias que nos sobrepasan y cuando somos acorralados, tendemos a pensar que no somos importantes para Dios.
Pero la realidad es otra. Dios nos ama tanto, le importamos tánto que envió a su hijo para pasarnos de muerte a vida. Dios quiere que seamos felices y como nos conoce, sabe que a pesar de tenerlo en nuestros corazones, caemos y caemos. Él lo sabe y no se cansa de levantarnos y perdonar nuestros pecados. Todo esto, porque nos ama con amor infinito. Porque le importamos.
En la vida material la situación es similar. Nos esforzamos, decidimos sin consultarle, nos estrellamos y cuando estamos abatidos acudimos a Él. No entendemos qué pasa cuando no tenemos la respuesta que esperamos, porque quisiéramos que Dios pensara como nosotros y que actuara como creemos que debe ser. No es así. Le importamos tánto que tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros, plan que incluye el sufrimiento, seguramnte para que crezcamos en nuestra vida espiritual y seamos más como Él.
Somos sus hijos, de manera que nuestra esperanza en Él debe estar siempre viva y cuando tengamos esos momentos de desierto, miremos más allá, con la certeza de que el amanecer estará lleno de luz, de la luz de Jesús a quien le importamos tanto, repito que nos compró a precio de sangre, y como dice filipenses: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús".
Amado Padre, qué fresco sentimos cuando entendemos que somos importantes para Ti. A diferencia de los hombres, Tú nos amas incondicionalmente, aún a costa de nosotros mismos. Esa certidumbre nos sostiene cuando estamos atravesando desiertos, porque sabemos que todo obedece a ese plan perfecto que tienes para nosotros. En el momento adecuado y en medio de las circunstancias más extrañas, nos sacas de ese desierto y nos muestras tu gloria. Te adoramos y damos gracias por amarnos y por considerarnos importantes para Ti. Oramos en el nombre de Jesús, amén.