PROVERBIOS 17: 17
En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.
ECLESIASTES 4: 10
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
PROVERBIOS 18: 24
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.
JUAN 15: 15
Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; yo los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, se las he dado a conocer a ustedes
¿Ha tenido usted un verdadero amigo? La vida pasa y con ella entran y salen muchas personas del corazón, pero lo más probable es que por lo menos una de ellas permanezca para siempre dentro de sus afectos. En todo tiempo, alegría o tristeza, frente al éxito o el fracaso, siempre está ahí física y espiritualmente. La palabra así lo dice: "En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia".
Las circunstancias de la vida nos apartan y la tendencia es a terminar la vida solos. Por ello, nuestro pedido al Señor es que nos regale la permanencia de amigos a lo largo de la existencia. Él mismo nos enseña la importancia de la amistad. Dice Eclesisatés: "Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !!ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante". Encontrar un amigo es encontrar un tesoro, es un familiar del corazón, es un privilegio, es un hermano como uno de sangre y no tiene precio.
Una característica el amigo es que siempre se muestra como tal, por eso se equipara a un hermano, porque en todo momento está ahí, es nuestro hombro para llorar, es nuestro dedo señalador, para con cariño opinar acerca de nuestras actitudes; es quien nos da aliento y por sobre todo, es el que nos recuerda permanentemente que nuestra mirada debe estar dirigida hacia el Señor.
Por ello, el Señor Jesús conociendo el valor de la amistad, nos eleva a la categoría de amigos. Dio su vida por nosotros y al calificarnos como tales, le ha placido mostrarnos el evangelio del reino tal como el Padre le ha enseñado. Conociendo nuestro corazón nos invita a ir a Él cuando estemos trabajados y cargados con la promesa de que nos dará descanso para el alma.
Amado Padre celestial, queremos darte muchas gracias porque nos has dado el mejor de los regalos, el ser tus amigos y tener la tranquilidad de que siempre estás ahí para nosotros. Gracias por acompañarnos en todo momento y gracias por permitirnos conocer la amistad de personas que nos permiten recordar que nos amas y eres nuestro primer amigo. Oramos en el nombre de Jesús, amén.