OCTUBRE 25

17 En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.

17 En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.

LA PALABRA DE DIOS

PROVERBIOS 17:17

17 En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.

JUAN 15:13

13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

JUAN 16:23

23 En aquel día no me preguntaréis nada. De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

SALMOS 37;4

4 Deléitate asimismo en Dios, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

REFLEXIÓN

¿Cómo se mueve una relación personal? Cuando tenemos un amigo establecemos una relación especial que va más allá de lo simplemente social y de conveniencia. Cuando tenemos un amigo adquirimos el derecho de acercarnos en cualquier momento a derramar nuestro corazón, a contarle nuestros secretos, a esperar sin pedir el favor, a demandar cuando necesitamos algo que nos pueda dar, a llorar en su hombro; y también la obligación de permitirle que actúe del mismo modo con nosotros. Pero, aunque parezca paradójico ese amigo no está ahí para que le pidamos, para ser quien resuelve nuestros problemas. No, tener un amigo es tener una relación perfecta, dentro de lo que cabe, porque se basa en el amor. No me refiero al amor físico sino al espiritual y por eso es tan especial.

Quizás por ello es que dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro y dada la fragilidad de esa relación, también dicen que los amigos se pueden contar con los dedos de la mano. La biblia con respecto a los amigos tiene cosas para decir: Proverbios 17:17 dice: En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Y Juan 15:13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Entonces, ¿Cómo debe ser nuestra relación con Jesús? ¿Se debe basar en nuestras necesidades, en buscar que como todopoderoso resuelva nuestros problemas? Aunque tenemos por descontado que Él todo lo puede y que como dice su palabra: en Juan 16:2 3 De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará, no podemos olvidar el verso 4 de Salmos 37 que dice: Deléitate asimismo en Dios, y él te concederá las peticiones de tu corazón.

La relación con nuestro Padre y su hijo, el señor Jesús, debe ser una relación de amor, de deleite en su presencia, de admiración por su grandeza, de adoración por ser quién es. Me he propuesto cultivar una relación de amistad con aquel que dio la vida por mi, porque como lo dije anteriormente citando a Juan, Jesús es mi amigo y nadie tiene mayor amor que Él, que dio su vida por mi. Los invito a cultivar esos lazos de amor con nuestro amigo y Dios, y ensayar si deleitándonos en Él lo demás nos vendrá por añadidura.

Amado Padre nos mueve el amor, el amor que tienes para con nosotros, el amor que sentimos hacia ti. Queremos cultivar con mucha dedicación y cuidado, esta perfecta relación, con la certeza de que Tú eres nuestro Padre y que tu hijo el Señor Jesús, ha declarado que es nuestro amigo. Te adoramos en su nombre, amén.