SALMOS 91: 11 - 12
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.
12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.
¿Vale preocuparse por los hechos que acontecen a nuestro alrededor? Cuando pensamos en los peligros a que nos enfrentamos debido al clima de tensión e inseguridad que se viven en la actualidad, es muy difícil abstraernos a los sentimientos de temor que nos embargan.
Cuando perdemos un ser querido, tendemos a sentirnos abandonados de la mano de Dios, porque desde nuestra óptica terrenal solo pensamos en que ya no lo volveremos a ver y sentimos su ausencia en toda su magnitud. Pero, si lo miramos desde la óptica de la felicidad eterna a la que pasó nuestro ser querido, nuestro dolor y sentimiento un poco egoista, pasan a la aceptación y comprensión de que simplemente se nos adelantaron en el encuentro con el Señor, el retorno a casa. Recordemos que Dios tiene el control de todo.
Cuando pensamos en la razón de nuestra existencia, cuando recordamos de quién somos, tenemos que sentir tranquilidad porque estamos en las mejores manos. Las manos del dueño de universo, el que tiene el control de todo lo que ocurre. ¿Por qué? No lo sabemos, pero conocemos que sus perfectos planes no solo nos incluyen a nosotros sino al universo entero. Planes de amor y de perdón. Planes de felicidad y vida eterna. Él, como dice su palabra, manda a sus ángeles para que nos cuiden.
Amado Señor, qué paz nos da saber que estás al control. Gracias por permitirnos entender la grandeza de tu amor y cuidado. Por favor permítenos entender que mientras estemos de paso por este mundo, estamos en las mejores manos. Tus manos, Señor. Oramos en el nombre de Jesús, amén.