MARZO 24
ISAIAS 55:1-3
1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.
2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
David confiaba completamente en Dios, quien lo consideraba conforme a su corazón. David no era perfecto. De hecho, la biblia cuenta acerca de sus pecados, pero a pesar de eso, era agradable a los ojos de Dios. Por qué? Porque David era un hombre sin dobleces, que derramaba su corazón delante de Dios, que lo alababa con todas sus fuerzas, que por cada circunstancia de su vida lo adoraba. La prueba son los Salmos, poesía para dirigirse al Señor y reconocer su grandeza.
Dios nos invita a calmar nuestra sed, a vivir como hijos del rey, sin importar el dinero, porque si vamos a Él, si somos agradables a su corazón, si somos transparentes, si lo alabamos y adoramos en todas las circunstancias de nuestras vidas, entonces, no necesitamos nada para obtener los deseos de nuestro corazón.
Por eso, si tenemos sed, vamos a las aguas que el Señor nos dará agua viva y ya no la tendremos nunca más; si tenemos hambre, comamos del bien, tal como lo dice el verso 2:" Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura".
El Señor nos pide que vamos en pos de Él para que por siempre y para siempre seamos los hijos amados de Dios y para siempre sea su misericordia.
Amado Padre, hoy mas que nunca nos sentimos sedientos de Ti, de tu protección, de tu misericordia, de tu amor y de tu perdón. Entendemos que solo si andamos en tus caminos tendremos la plenitud de tu gracia y de tu amor. Por favor, Señor, pon en nosotros tanto el querer como el hacer para las buenas obras que esperas de nosotros. Te adoramos Señor en el nombre de tu hijo Jesús, amén.