MAYO 5
COLOSENSES 2: 13-15
13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,
14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,
15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
ROMANOS 5:8-9
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
COLOSENSES 1:13-14
13 El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
EFESIOS 4:32
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
1 JUAN 2:12
12 Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.
ROMANOS 9
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
EFESIOS 1:7
En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
¿Cuántos de nosotros no hemos pecado desde que recibimos al Señor en nuestro corazón? Me atrevería a responder por mí y por todos, que ninguno. No voy a hacer una posible lista de pecados porque no se trata de eso. Pecar, en últimas no es otra cosa que faltar al amor de Dios. Cuando el Señor Jesús aceptó morir por nuestros pecados, sabía nuestra condición. Por eso en Romanos Pablo nos lo recuerda: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros"
Entonces, ¿por cuáles pecados murió? ¿Por los que tenían quienes vivían en esa época? ¿Por los que teníamos cuando lo recibimos en nuestros corazones, o por todos los pecados de todos los hombres, sin importar cuándo los cometiera? Dios es intemporal, por eso podemos vivir tranquilos porque su palabra dice que murió por nuestros pecados, por todos los pecados. Los de ayer, los de hoy y los de siempre. La condición para ello es recibir al Señor en nuestro corazón, arrepentirnos, pedirle perdón por ellos y comenzar una nueva vida a su lado. La salvación está ganada.
El triunfo de Jesús en la cruz ha afectado a toda la humanidad y todos estamos en la posibilidad de aceptarlo o nó. Aceptarlo trae muchas consecuencias en nuestras vidas y aunque no hayamos sido muy conscientes cuando lo hicimos, eso no implica que los cambios no se den.
Podríamos entonces decir: ah, bueno, si murió por todos nuestros ya podemos pecar tranquilos porque Él ya murió por ellos. Pero no, el asunto no se mueve así. Dios toma muy en serio nuestras palabras y nuestras acciones y si invitarlo a ser parte de nuestras vidas, a morar en nuestro corazón significó para nosotros un encuentro real con El, ni siquiera tenemos que preocuparnos porque Dios produce en nosotros tanto el querer como el hacer y Él hace la tarea.
Sabiendo eso, que por su infinita misericordia somos sus hijos, que si somos salvos es por su inconmensurable gracia, debemos como nos dice Efesios, "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo".
Amado Padre celestial te confesamos nuestra debilidad, pero como dice tu palabra, nos gloriamos en ella porque en tí fuertes somos. Te agradecemos porque nos has regalado la vida eterna, porque por tu gracia somos salvos, porque nos regalas ese infinito amor que solo tu sabes dar. Por favor Señor no nos apartes de ti porque solo estamos completos en el hueco de tu mano. Te adoramos en el nombre de Jesús, amén.