PROVERBIOS 3: 5-6
5Fíate de Dios de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas
Alguna vez se ha preguntado, ¿cómo hacer la voluntad de Dios y cuál su voluntad en nuestras vidas? Escucha uno todo tipo de cosas, que si abres la biblia y allí te sale la respuesta, que Dios te lo revela, que el Espíritu Santo se manifiesta. En fin, al parecer todas las anteriores son verdad, y cada uno tiene una manera de sentir o entender cuál es su voluntad.
Rendirnos a su voluntad es permitir que Él maneje nuestra vida. Es tener la capacidad de esperar y no tratar de ayudarle con nuestras ideas o planes. No pretendamos entender sus caminos, no tenemos que razonar. Sólo esperar en Él.
Cada uno de nosotros podemos dar testimonio de lo que ocurre cuando confiamos plenamente en su amor y en los planes perfectos que tiene para nuestras vidas. Si reflexionamos al respecto, entendemos por qué el señor Jesús dijo a los discípulos "Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". Los niños son la representación más real de la fe. Ellos confían ciegamente y para ellos el plan de sus padres es perfecto. Cuando somos como ellos, el Señor actúa. Todos podemos recordar esas circunstanciaa en las que dejamos a Dios el timón de nuestro barco y Él obró.
Amado Padre, gracias por tu palabra. Queremos fiarnos de ti plenamente y no confiar en nuestras capacidades. Sabemos que si estamos bajo tus alas nuestro camino es el correcto. Por favor Señor danos esa medida de fe que requerimos para entregarte todos los aspectos de nuestras vidas. Te adoramos y oramos en el nombre de Jesús, amén.