OCTUBRE 31

Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.

Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.

LA PALABRA DE DIOS

SALMOS 37:8-15

8 Deja la ira, y desecha el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.

9 Porque los malignos serán destruidos, pero los que esperan en Dios, ellos heredarán la tierra.

10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí.

11 Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.

12 Maquina el impío contra el justo, y cruje contra él sus dientes;

13 El Señor se reirá de él; porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco, para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a los de recto proceder.

15 Su espada entrará en su mismo corazón, y su arco será quebrado.

REFLEXIÓN

En estos versículos, David nos muestra otra mirada del cuidado del Señor a su pueblo, los consejos para su buen paso por la vida y la retribución para nosotros y para los que hacen el mal.

Evidentemente, el Señor conoce nuestras debilidades y a ellas se refiere cuando nos incita a no dejarnos dominar por la ira y aún por el enojo. Nos exhorta a no sentirnos halagados por el mal, con la promesa de que la tierra será nuestra heredad. La tierra y la paz que sobrepasa todo entendimiento.

También nos muestra el fin de los malignos: destrucción y muerte. Dice en el verso 15, "Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado". Porque el Señor que todo lo ve, se reirá de él porque su día está cercano. Por ello, no debemos pensar en el destino de los que obran el mal. Debemos concentrarnos en hacer el bien y mantener nuestra relación con Dios, con la certeza de que Él tiene un momento para cada uno.

Amado Señor, queremos darte muchas gracias por esas hermosas palabras que nos das en este salmo. Queremos Señor obedecerte, trabajar en nuestro crecimiento espiritual y mantenernos a tus pies deleitándonos en ti. Sabemos que si eso es así, nuestros deseos serán tenidos en cuenta por ti. Gracias, porque nos has enseñado que no debemos preocuparnos por los que hacen el mal, porque ellos están en tus manos y de ellos nos proteges. Te adoramos Señor. Amén.