ENERO 4
DEUTERONOMIO 18:9-13
9 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de esas naciones.
10 No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero,
11 o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.
12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.
13 Serás intachable delante del Señor tu Dios.
Deuteronomio es un libro de la biblia que profundiza en las leyes y estatutos de Dios para su pueblo y también en las advertencias que hace a los hombres para que una vez mueran sean recibidos por Él y acogidos en su reino. Se refiere principalmente a la idolatría, a la hechicería, a la consulta a los muertos y al espiritismo.
Tendemos en muchas ocasiones, por curiosidad o por la necesidad de sentirnos integrados a los grupos, a olvidar lo que el Señor en su palabra nos ordena y a comenzar a ver como normal lo que nos aparta de Él. Indicación clara da el Señor en lo que se refiere a la usansa de algunos pueblos con los que Israel tenía relaciones. Ejemplo de ello, en la actualidad, es la lectura y creencia del horóscopo, pseudociencia que más se acerca a la adivinación. Cuando aparecen personas con ideas nuevas acerca del culto a personas o espíritus diferentes a Dios, cuando frente a un problema cambiamos nuestra ruta, y en vez de ir a nuestro lugar secreto a orar a Dios, a clamar por su ayuda, vamos donde quien adivina los naipes o la taza de chocolate y creemos a pies juntillas, estamos ofendiendo a Dios quien claramente nos exhorta a no hacer esas cosas que son abominación y traen consecuencias en nuestras vidas. Por ello, como dice 1 Timoteo 2:5, debemos tener la certeza de que hay un solo Dios, un solo Señor, un solo mediador entre Dios y los hombres que es Cristo Jesús.
Amado Dios, hoy hemos recordado que no debemos dejarnos ilusionar ni arrastrar para la consulta a personas que dicen conocer el futuro, dicen poder manejar nuestros problemas, que nos predicen con base en el horóscopo. No debemos hacerlo porque te tenemos a Tí quien todo lo sabe. Solo debemos pararnos frente a Tí y derramar nuestro corazón con nuestros problemas, expectativas y planes y dejarlos allí al pie de tu cruz y decirte que ahí permaneceremos para siempre y que lo que ocurra será lo que dispongas y eso será lo que queremos. Te adoramos Señor en el nombre de tu hijo Jesús, amén.