SEPTIEMBRE 11 

Dios es mi fortaleza y mi escudo

Dios es mi fortaleza y mi escudo

LA PALABRA DE DIOS

SALMOS 28:6-9

6 Bendito sea Dios, que oyó la voz de mis ruegos.

7 El Señor mi Dios es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré.

8 Dios  es la fortaleza de su pueblo, y el refugio salvador de su ungido.

9 Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y pastoréales y susténtales para siempre.

REFLEXIÓN

El Señor nuestro Dios es omnipotente, maravilloso y grande en sus  misericordia. 

David describe desde su corazón algunas de las virtudes de nuestro Señor. Lo alaba, lo adora y lo bendice, porque ha oído sus ruegos, porque Él es su fortaleza y su escudo. 

También para nosotros Dios es, en su majestad, quien pelea por nostros las batallas. Por eso nuestro corazón debe estar no solo agradecido sino en paz porque si confiamos, Él será nuestro ayudador. Nuestro corazón debe gozarse  permanentemente en Dios, rendirle sacrificio de alabanza y de adoración. El Señor nuestro Dios es quien sostiene a su pueblo. En su omnipotencia nos cuida, nos protege y bendice.

Amado Padre celestial, queremos darte muchas gracias porque Tú en tu infinito amor te has rebajado hasta nuestra realidad para cuidarnos, para sustentarnos, para bendecirnos. Gracias Señor por ser quien libra nuestras batallas y porque solo nos pides a cambio que permanezcamos en ti. Ayúdanos Señor a no torcernos a derecha ni a izquierda, sino a que permanezcamos en una perfecta relación contigo. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús, amén.