MARZO 13
JONAS 3:5-10
5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.
6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
7 E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua;
8 sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.
9 ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?
10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
Jonás, después de huir de Dios y habiendo expuesto a peligro de muerte a los tripulantes de una nave en la que se escondía, fue tragado por un gran pez que le mandó el Señor y desde su vientre entendió que no debía ni podía esconderse de Dios, de manera que fue a Nínive a hacer la tarea que le había mandado.
Se trataba de exhortar al pueblo de Nínive para que se arrepintiera de sus pecados y dejara la mala vida, so pena de ser exterminados. El temor de Jonás era que no le creyeran y le hicieran daño, pero contra lo esperado los hombres de Nínive creyeron a Dios y se arrepintieron de sus pecados. Todos desde el mayor hasta el menor dice el verso 5, "proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio". Además el rey cuando se enteró de lo que estaba ocurriendo, se sumó a su pueblo e institucionalizó el arrepentimiento y el ayuno en todos los habitantes, hombres y animales. Ordenó que clamaran a Dios, para que apartara su ira y viera que se habían alejado de los malos caminos.
Decía el rey de Nínive que cuando Dios viera que la conversión del pueblo era auténtica, podrían tener esperanza. Y se arrepintió Dios y no los exterminó por cuanto se dio cuenta de la sinceridad de todos los habitantes.
Hay varios puntos para reflexionar de este pasaje. El primero de ellos es la grandeza de Dios, su omnipotencia. Él no necesita de nada para expresarse. Los cielos, la tierra, todo cuanto existe fue creado por Él y tiene el poder sobre todo.
El segundo tema es la necesidad de arrepentimiento. Debemos aceptar que Él se mueve a otro nivel, que tiene poder sobre todo lo que existe y desea que nos arrepintamos sinceramente de nuestros pecados, que entendamos que estamos vivos, que si tenenos es porque le ha placido y que en el momento que lo desee, todo puede terminar y que Él espera que adoptemos una nueva forma de vivir, a su lado, en comunión y con una relación íntima con Él.
Amado Señor, Nada podemos contra lo que no controlamos; nada diferente a pedirte que por favor nos protejas bajo tus alas, a pedirte que nos perdones nuestros pecados y nos ayudes a adoptar una nueva forma de vivir que te agrade y nos acerque cada día más a ti. Entendemos Señor que nada vale la pena si no viene de ti y que como a Moisés y al pueblo de Israel, nos libras, nos llevas a tu prado y nos apacientas porque somos tus ovejas. Te adoramos Señor en el nombre de Jesús, amén.