ABRIL 15

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

LA PALABARA DE DIOS

MATEO 5:7

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

LUCAS 6:35-36

35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.

36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.

REFLEXIÓN

En muchos lugares de la biblia encontramos la palabra misericordia, refiriéndose la mayoría de las veces al maravilloso don de nuestro Padre, que nos favorece porque por su miseridordia hemos sido salvados, perdonados, ayudados, levantados y principalemente, somos  sus hijos y tenemos vida eterna.

Sin embargo, hay unos pocos lugares donde el Señor nos llama a imitarlo. Él que nos conoce sabe que es un poco difícil para nostoros no solo sentir misericordia sino también aplicarla. Este es un tiempo propicio para ello. Todos, absolutamente todos los que leamos esta reflexión podemos sentir misericordia de esas personas que están fuera de la casa, sin trabajo, exponiéndose al inumerables riesgos porque no tienen alternativa. A los balcones llegan grupos de músicos de toda índole a cantar y a esperar que sintamos en nuestro corazón tristeza por su situación y seamos llamados a actuar. En las puertas de algunas casas hay trapos rojos que significan que tienen hambre; personas gritan manifestando su necesidad para que reaccionemos y les ayudemos. A todos nos sobra algo, y si no nos sobra, nos sigue sobrando. Y si sentimos que estamos cortos de dinero, demos más. Eso es saltar al vacío. Eso es ponernos en las manos de nuestro Padre Dios.

Nuestro Padre definió que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos. Eso quiere decir que además de estar obligados con nuestra familia, y amigos, estamos obligados a dar permanentemente a todo aquel que lo necesite, sin importar nada. Tenemos que ejercer la misericordia, para lograr lo que el Señor Jesús dijo en el monte: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia".

La misericordia es una manifestación del amor. Eso significa que debemos amar a nuestros enemigos, así como lo hacemos con los amigos y hacer el bien a todo el que podamos. No importa si los concemos, si nos conocen, si nos aman o nos odian. Nuestra mirada debe estar puesta en el Señor y les aseguro que si somos misericordiosos con todos, nuestro Padre nos mirará como a sus hijos porque como dice Lucas 6:35-36  Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso".

Amado Padre celestial. Tú nos conoces, Tú sabes todas nuestras debilidades, nuestros pecados y nuestra impotencia para superarlos, pero también sabes de nuestros sentimientos de misericordia por el que sufre. Gracias te damos por regalarnos el don de condolernos por los demás y actuar a su favor. Gracias porque tenemos tu maravillosa promesa expresada en Mateo 5:7: "Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia". Te pedimos por favor que nos permitas ver en cada persona necesitada tu rostro y nos impelas a ejercer con ellos la misericordia. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesús, amén.