ABRIL 4

E hicieron Moisés y Aarón como Dios les mandó; así lo hicieron.

E hicieron Moisés y Aarón como Dios les mandó; así lo hicieron.

LA PALABRA DE DIOS

ÉXODO 6:1-2

1 Dios respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra.

2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy Dios.

ÉXODO 7:3, 4, 6

3 Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas.

4 Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios.

6 E hizo Moisés y Aarón como Dios les mandó; así lo hicieron.

REFLEXIÓN

Muchas veces me siento frente al computador a escribir la reflexión del día y creo que no voy a tener palabra alguna para plasmar en el papel. Como dirían algunos, no me llega la musa inspiradora. Leo, busco, tomo notas, pero nada. Quizás he debido comenzar por decirle al Señor que por favor guíe mis manos por el teclado para poder hacer la tarea.

Hoy, de repente, entiendo que no es cuestión mía. Yo puedo sentirme incapaz de cumplir el propósito de aportar un poco al conocimiento del Señor, pero mi equivocación es que no se trata de lo que piense , sino de lo que Dios tenga en su plan perfecto para mi vida.

Si nos remontamos a los primeros libros de la palabra, encontramos en Éxodo, cómo Dios es el protagonista de los portentos y prodigios que allí se narran. Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, no fue Moisés quien lo logró. No, él hizo la tarea que el Señor le encomendó, contra toda probabilidad, simplemente abandonándose y obedenciendo y Dios obró. Y como en el caso de Moisés, nosotros somos sus instrumentos. Él pone en nosotros tanto el querer como el hacer.

¿Sabía Moisés lo que pasaría? El Señor le dijo el objetivo final, pero no los detalles. En cada momento iba conociendo su tarea y la iba llevando a cabo. Solo debía obedecer y creer. Así funcionan las cosas. Así nos usa el Señor. Él nos va capacitando paso a paso y si lo obedecemos, tendremos la felicidad de haber servido y participado de las maravillas que Él hace en cada vida.

Esa muestra clara de su dominio y prepondernacia sobre todas las cosas y personas, nos debe conducir a entregarnos. El Señor pone en nuestros corazones lo que debemos hacer y aunque no lo comprendamos, si los resultados no son lo que esperamos, si su tiempo no es el nuestro, si sus métodos no son los nuestros, debemos entender y aceptar que lo suyo es perfecto y al final será para cumplir su propósito para nuestras vidas y la de muchos.

Si nos sentimos incapaces, Él nos capacita, si nos sentimos débiles, nuestra fortaleza está en Él. Si requerimos instrumentos o herramientas de cualquier índole, Él nos proveerá. Si no tenemos el dinero, Él nos lo dará. Solo debemos estar sometidos a su voluntad y aunque parezca imposible, Él obrará como se debe. 

Amado Padre celestial, qué bien se siente saber que eres nuestro Padre, todopoderoso y amoroso. Igualmente, qué bien se siente saber que no tenemos que estar dependiendo de nuestras fuerzas y conocimientos, porque Tú Señor nos provees de todo lo que requerimos para hacer tu voluntad. Queremos Señor obedecerte y someter nuestras vidas a ti, y te pedimos por favor que nos uses de la manera que quieras. Somos tus hijos, somos tuyos. Te adoramos en el nombre de Jesús, amén.