SEPTIEMBRE 16
SALMO 23
1 El Señor es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Dios moraré por largos días.
Una de las cosas que más nos reconforta es sentir seguridad; es sentirnos protegidos, es poder recostarnos en el regazo de nuestro Señor Jesús y descargar en Él todas nuestras preocupaciones, tal como está expresado en Mateo 11:28. El Señor nuestro Dios como un pastor amoroso cuida de nosotros, nos lleva a vivir los mejores momentos de nuestras vidas; nos consiente, nos conduce a los mejores lugares.
Pero no es solo en los momentos de alegría y bienestar que el Señor nos acompaña. En esos momentos de tristeza, de frustración, de desolación, allí está nuestro Dios, para confortarnos, para indicarnos los caminos que debemos seguir,
Por ello, por tener la certeza de que Dios está siempre con nosotros, no deberemos temer, a pesar de las cirucunstancias que se presenten. Él, siempre a nuestro lado, o delante de nosotros como un pastor que cuida sus ovejas con su vara, nos orienta y alienta.
Si tenemos enemigos, si tenemos situaciones de tensión y temor, sabemos que Él está ahí con nosotros, mostrando a quienes nos angustian, que tenemos su respaldo, que somos especiales y haciendo evidente en esos momentos, su protección frente a nuestros enemigos.
Amado Señor, queremos darte muchas gracias porque podemos ir por la vida tranquilos, porque Tú como buen pastor nos conduces a los mejores prados y nos das todo lo que requerimos. Te adoramos Señor. ¡Qué maravilloso es saber que contigo Señor estamos y estaremos siempre bendecidos, durante todos los días de nuestra vida! Oramos en el nombre de Jesús, amén.