ENERO 6

Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Y Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

LA PALABRA DE DIOS

GÉNESIS 2:4-9

4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Dios hizo la tierra y los cielos,

5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

7 Entonces Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

8 Y Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

9 Y Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

REFLEXIÓN

Estamos tan acostumbrados a lo que está a nuestro alrededor que, la verdad, ni siquiera pensamos un poco acerca de ello.  Esta mañana mientras desayunábamos surgió una pregunta acerca del huevo. ¿Qué era el huevo, una célula reproductiva? ¿Cómo se formaba y cómo era el proceso de fecundación?

Gracias a Dios contamos con la posiblidad de acceder a la información en internet y vimos un video que nos admiró, por la complejidad de la producción del óvulo, el proceso para convertirse en un huevo como lo conocemos, la duración del proceso y los mecanismos que se requieren para que en 24 horas, ese óvulo, adquiera la protección de la álbúmina, y finalmente se produzca la cutícula o cáscara que lo protege.

Esta complejidad, esta exactitud, esta perfecta formación día tras día no tiene otra explicación que la palabra creadora, que todo lo hizo. No tengo palabras, me quedo corta en explicaciones y no busco hacer una descripción científica; para ello, están las inumerables fuentes de información. Esto es de otro cariz. Se me atragantan las palabras, se humedecen los ojos al sentir la omnipotencia de Dios y más que eso, su amor.

Seis días usó el Señor para crear todo lo que hay en este mundo. Animales, plantas, minerales, microorganismos y por supuesto al hombre. Y a cada uno, a cada célula, a cada molécula, a cada átomo, a cada quark, los hace únicos y con un objeto específico y único. Por su palabra creó todo antes de que naciese y por último, para sellar su creación, del polvo de la tierra creó al hombre, y lo puso en un huerto en Edén para que allí viviese y usufructuase lo que allí estaba.

Señor, Padre amado, queremos darte gracias  por tu amor. Nos es imposible expresar con palabras, claramente, lo que se agolpa en nuestras mentes, en nuestros corazones. Es un sentimiento que nos lleva a adorarte y a darte gracias por hacernos tan perfectos, a tu imagen y semejanza. Te adoramos Señor y te pedimos que nos permitas recordarte en cada planta, en el amanecer y en el ocaso, en el cielo y en el mar; cuando miremos nuestras manos y nos miremos al espejo, porque todo ello es el resultado de tu creación. Amén.