MAYO 13
2 CORINTIOS 3:1-5
1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios
Cuando nos encontramos en escenarios en los que nos interesa sobresalir, en muchos casos creemos que somos nosotros mismos quienes nos debemos recomendar. Es frecuente oir cómo las personas cuando se presentan hacen una larga lista de todos sus atributos, de sus logros y posiciones pensando tal vez que así serán más apreciados.
Seguramente, quien se hace propaganda se siente muy importante y además trata de relacionarse con aquellos que por su presentación le parecen adecuados y se aparta un poco de sus amigos, para que se note su capacidad relacional con aquellos que considera importantes en cualquier área.
Viene a mi memoria una reunion de evaluación en la que una institucion se presentaba ante expertos en busca de conseguir autorización para operar. El equipo completo de la empresa estaba exponiendo al evaluador las fortalezas que tenía para operar. De pronto, uno de los miembros del grupo asumió la postura de experto y puso en tela de juicio a sus compañeros de trabajo. Fue claro que quería mostrar que estaba muy por encima de todos y buscaba la aprobación del externo, quien muy probablemente ni siquiera recordaría su nombre.
En el plano espiritual, la palabra del Señor nos exhorta a considerar en quién tenemos nuestra fortaleza. Tal como dice el verso 1: "¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos o tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación?
Recordemos que el Señor es la carta escrita en nuestro corazón por el Espíritu de Dios, de manera que nuestra confianza debe estar puesta en Él a través de su hijo Jesús. Todos los que nos leen entenderán que no debemos esforzarnos en mostrarnos competentes, en recomendarnos a nosotros mismos o en pedir recomendaciones de hombres, porque como dice el verso 5: "Nuestra competencia proviene de Dios".
Amado Señor, cuántas cosas aprendemos cada día de ti. A pesar de que leamos y hayamos recorrido varias veces la biblia, en cada momento se nos hacen visibles temas que ni siquiera imaginábamos que estaban allí escritos. Gracias, porque para cada situación de nuestras vidas tienes una palabra que nos guía. Gracias, por esa enseñanza maravillosa que nos hace reflexionar en lo grande que eres con nosotros y en que no requerimos nada, porque nuestra carta de recomedación eres Tú. Gracias, Señor porque aprendemos una vez más que nuestra competencia viene de ti y solo tu nos haces vivir confiados. Amén.