SEPTIEMBRE 23
DEUTERONOMIO 28
1 Acontecerá que si oyeres atentamente la voz del Señor tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.
2 Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz del Señor tu Dios.
3 Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
4 Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
5 Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
6 Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.
7 Dios derrotará a tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y por siete caminos huirán de delante de ti.
8 El Señor te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que el Señor tu Dios te da.
9 Te confirmará Dios por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos del Señor tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Dios es invocado sobre ti, y te temerán.
11 Y te hará Dios sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Dios juró a tus padres que te había de dar.
12 Te abrirá el Señor su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.
13 Te pondrá Dios por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,
14 y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles.
Si nos trasladamos a hace mucho más de dos mil años, podemos pensar en la vida del pueblo de Israel, esclavo de Egipto, sufriendo los rigores de un faraón que los oprimía hasta el extremo. Diría uno que el Señor los había olvidado, pero no fue así. Él tenía un plan perfecto y una promesa que cumplir a Abraham.
Por ello envió a Moisés a sacarlos de la servidumbre y llevarlos a la tierra que manaba leche y miel. En esos cuarenta años que estuvo el pueblo en el desierto, los alimentó, los vistió y además les dio las reglas para vivir como sus hijos. Los mandamientos.
Hoy en pleno siglo 21, son vigentes tanto las reglas como las promesas. Y, qué maravillosas promesas nos ofrece nuestro Señor si le obedecemos. Si ponemos sus mandamientos en nuestras mentes y los cumplimos. Nuestras vidas pueden ser bendecidas permanentemente porque nos pondrá en un lugar especial, permitirá que todo lo que hagamos y tengamos esté resguardado, para que nadie nos puedá dañar porque mantendrá lejos a nuestros enemigos, porque nos pondrá por cabeza y no por cola. Porque bendicirá a nuestros descendientes, porque todo lo que hagamos será igualmente bendito
Amado Padre, son muy pocas las palabras con las que se pueda expresar el sentimiento frente a tan maravillosas promesas. Con ellas nos muestras no solo tu omnipotencia sino tu gran amor y misericordia para nosotros. Ayúdanos por favor a permanecer fieles a Ti y a adorarte solo a Ti. Te adoramos Señor en el nombre de Jesús, Amén.