FEBRERO 24
1 TESALONICENSES 5: 18
18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
SALMOS 138
1 Te daré gracias, Señor, de todo corazón; te cantaré himnos delante de los dioses.
2 Me arrodillaré en dirección a tu santo templo para darte gracias por tu amor y tu verdad, pues has puesto tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas.
3 Cuando te llamé, me respondiste, y aumentaste mis fuerzas.
4 Todos los reyes del mundo te alabarán al escuchar tus promesas.
5 Alabarán al Señor por lo que él ha dispuesto, porque grande es la gloria del Señor.
6 Aunque el Señor está en lo alto, se fija en el hombre humilde, y de lejos reconoce al orgulloso.
7 Cuando me encuentro en peligro, tú me mantienes con vida; despliegas tu poder y me salvas de la furia de mis enemigos.
8 ¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor! Señor, tu amor es eterno; ¡no dejes incompleto lo que has emprendido!
APOCALIPSIS 7:12
...La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.
En nuestro devocional y en las oraciones diarias, generalmente damos gracias al Padre en el nombre de Jesús. Eso es muy importante, tanto que he querido referirme en este día a la gratitud. La palabra de Dios hace muchas referencias al tema y nos enseña claramente que debemos dar gracias por todo. Tesalonicenses nos dice en el verso 18 2 "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".
Y, ¿Qué es todo? Moisés y Miriam su hermana en momentos de éxtasis hicieron al Señor una hermosa oración en la que participaron todos los que habían salido de Egipto. Entre otras cosas le decía: "gracias por tu amor y tu verdad, pues has puesto tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas". Moisés reconocía que siempre le respondió y porque a pesar de su condición humana, los protegió, porque su amor es eterno.
Dice la palabra que demos gracias por todo. Todo es nuestro cuerpo, nuestros órganos, tejidos, células, átomos, en fin. Pero también son nuestros pensamientos, nuestras enfermedades, nuestros éxitos y nuestros fracasos, nuestras relaciones, nuestra familia, nuestro trabajo. Nuestras oraciones de agradecimiento deben abarcar todos los aspectos de nuestras vidas. Cuando estemos tristes demos gracias a Dios; cuando estemos contentos demos gracias a Dios; cuando tengamos un mal momento demos gracias a Dios y por supuesto, cuando triunfemos demos gracias a Dios.
Con relación a nuestro entorno, las oportunidades de agradecer son infinitas. Nos basta mirar alrededor. El pasto, cada planta, los animales, nuestra comida, el paisaje, el horizonte, la lluvia, los truenos, el viento, los microorganismos, la vida y la muerte. Debemos dar gracias por ese plan perfecto que tiene para cada uno de nosotros.
Por último, aunque debe ser lo primero, demos gracias por su inmenso amor, por grabar en nuestros corazones su palabra. Gracias por ese regalo tan maravilloso que nos dio. Si sentimos amor es porque en nosotros pusiste esa capacidad de amar. Tu amor es infinito, tan grande que mandaste a su hijo para que pagara el precio de nuestros pecados.
Amado Señor gracias. Gracias porque vemos tu amor en todo lo que existe. Gracias por nuestra vida, por nuestra familia, por nuestras luchas, por nuestros fracasos y éxitos. Gracias por enseñarnos que tienes un plan perfecto para nosotros y solo debemos esperar el momento adecuado para cada cosa. Gracias por tu bondad y tu amor. Y como dice Apocalipsis, "La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos" en el nombre de Jesús. Amén.