MAYO 1
MATEO 6:9-13
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Retomando el tema del 29 de abril, sucede que muchas veces nos disponemos a orar y nos sentimos cortos para expresar lo que queremos decirle al Señor o repetimos como un estribillo las mismas palabras una y otra vez, sin pensar en el significado de lo que decimos. Así, comenzamos a perder el interés y nuestra intimidad con Dios se ve afectada.
El Señor Jesús nos recomendaba varias cosas al respecto: 1. Orar en privado: Mateo 6:6 nos dice, "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto". 2. Evitar orar como una grabadora que repite y repite, tal como dice Mateo 6:7 ,"Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos". 3. Tener la certeza de que el Señor sabe lo que necesitamos, "Porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis" dice Mateo 6:8.
Depués de darnos estas indicaciones, Jesús nos entrega la oración por excelencia que agrada a Dios y que reúne todas las condiciones que debe tener nuestra intimidad con Él. Esta oración comienza por reconocer la gloria y poder de nuestro Dios, sigue por declarar nuestra aceptación de su voluntad, seguidamente, la súplica por el susento diario, el arrepentimiento y soliciutd de perdón de nuestros pecados, como también la declaración de que perdonamos a todos los que nos hayan ofendido y finalmente la súplica por su apoyo para que seamos capaces de resistir las tentaciones y contar con su protección contra el mal.
Amado Padre, queremos orar como te place y por ello, en nuestro lugar secreto, donde tenemos la mejor intimidad contigo queremos decirte; "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.