MAYO 20

Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante

Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante

LA PALABRA DE DIOS

HEBREOS 12:1-2

1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

REFLEXIÓN

Cuando emprendemos algo, cuando nos fijamos una meta, en muchas ocasiones no dimensionamos el esfuerzo y la constancia que ello implica. Al comienzo la motivación está muy en alto y es fácil cumplir con la tarea que debemos hacer si queremos cumplir nuestro propósito, pero en la medida en que pasa el tiempo, nos asaltan dudas de si lo que hacemos en verdad vale la pena, si edifica, si llega a los que quisiéramos.

Entonces pensamos que definitivamente debemos apoyarnos en otros y mostramos nuestro trabajo, pero no tenemos el eco esperado. Vienen cuestionamientos de si lo que hacemos es mediocre y debemos abandonarlo o si por el contrario no debemos cejar en nuestro empeño.

Hace casi seis años me hice el propósito de escribir cada día unas líneas que mostraran a nuestro Señor a través de su palabra, primero publicando sólo versículos y posteriormente, con unas reflexiones que esperaba fueran inspiradas por el Espíritu Santo. No abandoné porque me sentía mal de inclumplir mi propósito que creí estaba de acuerdo con la voluntad de Dios, pero no no tuve muchas palabras de aliento. De hecho, pensé que iba a terminar mi tarea, cuando tuviera una reflexión para cada día del año. 

A la mañana siguiente de estas reflexiones, intempestivamente me escribieron un mensaje que me sacudió. Fue un mensaje motivador y exhortador que me recargó las baterías y, de alguna manera, creo que fue una respuesta del Señor en el sentido de que le agradaba lo que hacía. Gracias a mi querida amiga  por ser el instrumento que usó Dios para darme el mensaje. 

Ahora, con Pablo en Hebreos puedo decir que debo permanentemente despojarme de todo peso, declarar al Señor mi impotencia frente al pecado y con paciencia continuar en el cumplimiento de mi propósito, de ser de alguna manera una voz que hable de lo que significa tener a Jesús en nuestras vidas, al Padre amoroso que nos ha dado todo lo que tenemos y por supuesto al Espíritu Santo que nos consuela. Por ello, como dice el verso 2: "Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" continuaré tratando de mostrar su amor y protección, con la torpeza propia de un ser humano, pero con el amor de Jesús manifestándose a cada instante en nuestras vidas.

Padre santo, hoy queremos darte muchas gracias por darnos el empujón que necesitamos, por mostrarnos que nuestro trabajo de divulgar tu palabra debe continuar para tu gloria y para que llegue a las personas que Tú consideres que deben tenerla. Te declaramos que aquí estamos frente a Ti reconociendo que nada somos sin tu apoyo. Por favor Señor danos las herramientas que necesitamos para nunca dejar de proclamar tu palabra. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, amén.