JUAN 14: 5-14
5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.
12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.
13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.
Estaba el Señor Jesús con sus discípulos celebrando la pascua, en uno de los momentos previos a ser entregado por Judas Iscariote. Jesús sabía lo que venía y por ello estaba tan trascendental en su conversación. Les hablaba como siempre de su Padre Dios y de cómo iba a ir a Él. Tomás, uno de sus discípulos no se contuvo y lo confrontó diciéndole: "Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?". Tener la dimensión espiritual de las cosas no es fácil. De hecho nos movemos en este mundo y nuestros sentidos son los que dan cuenta de lo que hay. Por eso su inquietud y seguramente la de los otros 11 que no entendían.
El Señor Jesús nuevamente les dice :"Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí". Esta afirmación es lo más importante que les hubiera podido decir en esos momentos y aunque ya lo había dicho antes en otros escenarios, ahí en el aposento alto donde se encontraban, sus palabras cobraron especial significado.
El Señor Jesús los sacude, con sus expresiones. Les recuerda que Él es el hijo de Dios y que siendo tal, al mirarlo a Él ya conocían al Padre. Sin embargo, Felipe interpela a Jesús. Le insiste en que les muestre a Dios y nuevamente Jesús los exhorta a reconocerlo como el hijo de Dios, porque les dice que el que lo ha visto a Él, ha visto al Padre y que si no creen en su palabra, miren sus obras, porque así no les quedará la menor duda.
Finalmente, los motiva para que pidan a Dios en su nombre para que se den cuenta de que todo lo que pidieren de esa manera, Dios se los daría, no para satisfacción de Jesús sino para la gloria de su Padre, nuestro Padre.
¡Cuántas veces nos comportamos como Tomás y Felipe! ¡Cuantas veces desde nuestro plano material, no vemos más allá de los hechos físicos, cuando tenemos un Padre y un hijo omnipotentes que no necesitan mover un solo dedo para actuar! Nuestro raciocinio no da para nada diferente a lo que nos muestran los sentidos, de manera que solo en el plano espiritual es donde encontramos la vida, las palabras y el amor de Jesús. El amor tan grande que lo llevó a dar la vida por nuestros pecados.
Amado Padre. Gracias, muchas gracias por esta enseñanza. Te damos gracias, alabanza y adoración por tu presencia en nuestras vidas. Enséñanos por favor a vivir en el plano espiritual y a aceptar tu palabra y tu actuar en nuestras vidas. Enséñanos a reconocer los milagros que haces en nosotros y a contarlos para que las personas se motiven a venir a tus pies, porque ese es el lugar más alto que pueda existir. Te adoramos Señor en el nombre de tu hijo Jesús, amén.