MARZO 30

Para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

Para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

LA PALABRA DE DIOS

2 CORINTIOS 12:9

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

FILIPENSES 4:19

Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

ROMANOS 8:28

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

2 CORINTIOS 1:3-4

3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,

4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

REFLEXIÓN

Escuchando al doctor Charles Stanley en una prédica acerca de Dios y la adversidad consideré interesante escribir un poco al respecto. Tendemos a considerar que Dios es nuestro empleado y nos acercamos a Él con la lista en la mano. Y cuando tenemos un problema, cuando la adversidad nos toca, generalmente nos limitamos a pedirle, a exigirle que nos escuche y nos saque de esos momentos de dolor o desequilibrio.

Nuestro concepto de Dios es del todopoderoso, semejante al del pueblo de Israel cuando esperaba la venida del Mesías y sabemos que el Señor Jesús no vino en ese plan, sino que vino como la mayor prueba de amor que  puede existir. Vino a dar su vida por nuestros pecados y a enseñarnos como dice en Mateo, "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas".

Sin embargo, Dios es todopoderoso y tiene un plan perfecto para nuestras vidas y si así lo creemos y aceptamos, entendemos como dice Pablo en  Corintios  "De buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo". Frente a la adversidad podemos adoptar una postura de frustración o aceptar esos momentos como parte de ese plan que tiene el Señor para nuestras vidas.

Debemos entender que El Señor nunca nos abandonará, ni nos dejará, sino que su fidelidad es para siempre y que esos momentos de desierto, las tribulaciones, la adversidad, son el puente que nos lleva a crecer en nuestra relación con Dios. Como a Job después de sus terribles momentos, el Señor nos llevará al cumplimiento de ese maravilloso propósito que tiene para nuestras vidas, en este mundo y posteriormente en el cielo.

Amado Padre celestial gracias por tu amor, gracias por enseñarnos que lo más imporatante en nuestras vidas es amarte a ti y a nuestro prójimo. Gracias por acompañarnos en esos malos momentos que tenemos, por tener un plan perfecto para nosotros que no alcanzamos a imaginar. Tu consuelo nos sirve para aprender a consolar a los que sufren. Te adoramos y esperamos que nos enseñes a mirar nuestras tribulaciones como circunstancias que nos llevarán al cumplimiento de los propósitos que tienes para nosotros. En el nombre de Jesús, amén.