JUAN 1: 1 - 5
1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
COLOSENSES 1: 15 - 17
15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten
Vivimos en un mundo que cambia constantemente. Las noticias vuelan. Hoy se concentran en un tema y nos agobian y al día siguiente ya no nos acordamos de elllas porque han sido reemplazadas por otras. La tecnología cambia permenentemente. La obsolescencia es pan de cada día. En fin, nada es permanente, nada es inmutable.
Frente a esa reflexión, hay un evento que se ha mantenido a través de tiempo y cada día tiene más relevancia. La navidad. La navidad como el tiempo de paz, de amor, como la mejor época del año, cuando todo el mundo se viste de fiesta y celebra. Hay miles de canciones, árboles de navidad por doquier, películas y los viajes se incrementan de una manera escandalosa porque la gente quiere celebrar con su familia.
Por qué? Resulta que es en ese momento cuando se celebra el hecho que cambió la historia de la humanidad. Porque aunque en el principio estaba el Verbo, como dice Juan 1, el Padre decidió que el primogénito de toda la creación hecha por él y para él, naciera y fuera la imagen viviente suya. Porque celebramos cada año que Jesús nació de una virgen y vivió entre nosotros y creció y en su vida pública entregó todo su amor y conocimiento del Padre, y porque al morir de la manera más vil, nos trajo el mejor regalo. Nos cambió la vida. Pasamos de muerte a vida eterna y nos hizo sus hermanos e hijos adoptivos del Padre. De Dios que es el único inmutable.
No importa que unos todavía no sepan, o que parezca que el mundo se olvidó de la razón de esta celebración; no importa, porque siempre brillará la luz de Jesús que jamás se apagará y tarde o temprano todos los habitantes del mundo doblarán sus rodillas ante su majestad. Celebremos con todos el cumpleaños del Señor Jesús y démosle gracias por ese maravilloso regalo que nos dio.
Amado Padre celestial, gracias. Gracias porque nos devolviste la esperanza. Porque podemos pasar por la vida tranquilos porque tu amado hijo mora en nuestros corazones y no importa lo que hagamos, eso nunca cambiará. Él es inmutable, Él no se arrepiente y su amor es eterno. Por favor Señor, no permitas que nos olvidemos de ti ni de la razón de estas celebraciones. Te adoramos en el nombre de tu amado hijo Jesús, amén