DICIEMBRE 2
LUCAS 1: 30 -33, 38
30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.
31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.
33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Este es un tiempo maravilloso, es el tiempo de recrear el acontecimiento más grande de la historia de la humanidad. El Padre, decidió y acordó con su hijo, hacerse carne en este planeta donde se encontraba su pueblo, tan agobiado por el pecado y con la esperanza de un Mesías que viniera a salvarlo. Si en este momento ocurrieran los hechos mencionados, con toda seguridad no habríamos imaginado la forma en que nació nuestro señor.
Dios, tan considerado, envió un ángel a pedir a María su aquiesencia para ser la madre de su hijo. No entendemos el milagro, pero el consentimiento de María cambió el destino de toda la humanidad.
Qué dulce es leer este aparte de Lucas: "Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y más dulce aún leer la respuesta de María. "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra".
Con los cambios de calendario no queda muy clara la fecha exacta del nacimiento del señor Jesús, pero ese es un tema secundario. Lo principal es que en este mes que comienza rememoramos su nacimiento y el mundo entero se goza. Recordemos permanentmente la razón de estas festividades. El nacimiento de Jesús, el hijo de Dios.
Amado Padre celestial, gracias, muchas gracias porque por tu infinito amor enviaste a tu hijo a esta tierra para que nos contara de ti y nos enseñara de tu gran amor. Queremos, además de alegrarnos, empeñarnos en ser como quieres que seamos. Gracias porque a pesar de nosotros mismos, solo por tu gracia, tenemos el regalo de la vida eterna. Te adoramos, amén.