MARZO 5

Y seré hallado por vosotros, dice el Señor, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Dios; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.

Y seré hallado por vosotros, dice el Señor, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Dios; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.

LA PALABRA DE DIOS

 JEREMÍAS 29:11-14

11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;

13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

14 Y seré hallado por vosotros, dice Dios, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice el Señor; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar.

REFLEXIÓN

Jeremías escribió al pueblo de Israel que había sido tomado por el rey Nabucodonozor y llevado de Jerusalén a Babilonia en cautividad, indicándole cual era la directriz del Señor durante su estadía en esa ciudad. Les ordenó que construyeran casas, que se casaran y progresaran allí.

El Señor prometió que transcurridos setenta años, los visitaría y los llevaría de regreso y por supuesto cumplió. Y les habló de una manera amorosa y protectora, revelándoles que sus pensamientos acerca de ellos eran de paz y ayuda para que lograran lo que esperaban. 

Su desierto había terminado, de manera que a partir de ese momento, cuando lo invocaran, cuando oraran, los oiría; cuando lo buscaran lo encontrarían porque estaba seguro de que lo harían de todo corazón. 

Esta palabra profética del verso 14 que dice: "Y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares...". es como todo el pasaje aplicable a nuestras vidas. Cuando haya pasado el tiempo de nuestro desierto y busquemos al Señor con todo nuestro corazón, Él ha prometido que nos oirá,  y cuando lo busquemos nos permitirá hallarlo.

Amado Padre, queremos darte muchas gracias por esas palabras amorosas para con nosotros. Gracias por esa seguridad que nos permites tener de tu protección y ayuda. Entendemos que no requerimos otra cosa diferente a acercarnos a ti, de todo nuestro corazón y permanecer fieles a tu palabra. Como siempre Señor, queremos decirte que aquí estamos frente a Ti y aquí nos quedaremos porque solo en este lugar estamos completos y en paz. Te adoramos Señor, amén.