MARZO 21
ISAÍAS 40:28-31
28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías en el capitulo 40 hace una apología del Señor reconociendo su poder y magnificencia. Busca que perdone al pueblo su pecado porque ya se ha arrepentido y ha regresado de su mal camino. Recuerda que como Dios no hay otro, que creó los cielos y la tierra, que no necesita el consejo de nadie y que es perfecto en todo.
En estos tiempos de temor, de pánico y de desesperanza en los que no se cree en nada, es difícil hablar de Dios y demostrar su confianza en Él. Las personas manifiestan que creen en Él pero que esa no es razón para tener fe ciega en su amor y misericordia, en confiar en su cuidado y saltar al vacío por estar seguros de que ha mandado ángeles a nuestro alrededor para que nos cuiden y protejan.
La pregunta que surge es si esta manifestación de fe será perjudicial para la fe de otros, porque de todas maneras quien lo proclama en momentos de peligro corre el riesgo de que no solo lo tilden de extraño, sino que si el Señor no lo respalda, la fe de los que oyeron se puede debilitar.
En estos días en los que las comunicaciones nos rebasan en intensidad, se publican muchos versículos tomados sin contexto, que terminan haciéndonos cuestionar acerca de la fe. Nos aconsejan que aunque creamos en Dios seamos precavidos, que le ayudemos un poco, que no nos creamos poderosos por depender de Él; en fin, que como dice un dicho popular, "A Dios rogando y con el mazo dando". Mejor dicho que el amor a Dios sea parcial y que le ayudemos para que las cosas salgan bien.
Éticamaente no podemos aconsejar a nadie sobre lo que debe hacer y además no es nuestro rol. Creo que solo debemos recordarlo a cada rato, en las situaciones en las que podamos mostrar su bondad y esperar en Él. Lo que si podemos o mejor dicho debemos es estar con Él todos los días manifestándole nuestra dependencia, derramando nuestro corazón y entregándonos a su voluntad, recordando su palabra, que es veráz y no cambia.
Amado Señor, cuando estamos con personas que se niegan a creer en la posiblidad de que no tengamos que hacer nada diferente a vivir para ti, nos sentimos un poco fuera de lugar y nos asusta y entristece que no seamos un buen testimonio de Ti. Por eso Padre santo te imploramos que así como nos escuchas en cada momento en que tenemos nuestro espíritu conectado contigo, obres en nosotros y dispongas las circunstancias que nos rodean a nuestro favor para que se reconozca que estando protegidos bajo tu sombra, somos mas que victoriosos. Gracias porque cada día nos das nuevas fuerzas y porque nuestra morada no será tocada por ninguna plaga. Te adoramos Señor en el nombre de Jesús, amén.