SALMOS 136:10-20
10 Al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque para siempre es su misericordia.
11 Al que sacó a Israel de en medio de ellos, porque para siempre es su misericordia.
12 Con mano fuerte, y brazo extendido, porque para siempre es su misericordia.
13 Al que dividió el Mar Rojo en partes, porque para siempre es su misericordia;
14 E hizo pasar a Israel por en medio de él, porque para siempre es su misericordia;
15 Y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo, porque para siempre es su misericordia.
16 Al que pastoreó a su pueblo por el desierto, porque para siempre es su misericordia.
17 Al que hirió a grandes reyes, porque para siempre es su misericordia;
18 Y mató a reyes poderosos, porque para siempre es su misericordia;
19 A Sehón rey amorreo, porque para siempre es su misericordia;
20 Y a Og rey de Basán, porque para siempre es su misericordia;
Los primeros 9 versículos de este salmo son un canto de alabanza y adoración al todopoderoso Dios creador del cielo y de la tierra.
Ahora bien, a partir del verso 10, David narra lo que Dios hizo por su pueblo, para sacaralo de la esclavitud a que estuvo sometido por mucho tiempo, mostrando a los egipcios su poder, pero sobre todo, mostrando a su pueblo su amor y el cumplimiento de sus promesas.
Pero no solo los sacó de Egipto y los libró de la esclavitud, sino que los acompañó en su travesía por el desierto hasta llevarlos a la tierra de Canaan, dándoles la provisión que requerían, peleando por ellos las batallas contra los enemigos.
Innumerables prodigios hizo frente a su pueblo, pasando por encima de reyes, de reyes poderosos; de los egipcios, de los amorreos y de Basán. Innumerables prodigios a pesar de su mismo pueblo, que a la primera oportunidad le fue infiel. Para mantener su promesa a Abraham, para no ser infiel a Moisés, mejor dicho, todo lo hizo, "Porque para siempre es su misericordia".
Y nosotros, que somos su pueblo, redimidos por el Señor Jesús, testigos de todas sus proezas, sus maravillas y su amor, hijos suyos a través de su hijo Jesús, también cantamos y adoramos al rey de reyes, al señor de señores, a quien ha hecho todas las maravillas. Nosotros debemos adorarlo en espíritu y agradecer todo lo que ha hecho en nuestras vidas, por una sola razón: "Porque para siempre es su misericordia".
Amado Señor, no nos alcanza la vida para adorarte, para alabarte y darte gracias por todo lo que haces permanentemente por nosotros; gracias por tu compasión por tu tolerancia y tu perdón; gracias por tu provisión, por tu sanidad, por tu ayuda. Gracias porque la única razón que tienes para ser como eres con nosotros es "Porque para siempre es su misericordia". Amén.