DICIEMBRE 11

PALABRA DE DIOS


SANTIAGO 3: 14 - 17


14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad;


15porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.


16Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.


17Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.


1 CORINTIOS 13: 4 - 7


4El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.


5No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.


6El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad.


7Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

REFLEXIÓN


En muchas ocasiones pensamos que todos a nuestro alrededor sienten y viven como nosotros. Nos alegramos con ellos y tratamos de ser solidarios. Sin embargo, acechan siempre en nuestro interior los celos y la envidia contra los que debemos mantener la batalla, pidiéndole al Señor que conserve en nostros un corazón amoroso, libre de contienda y de envidia.


Recordaba cómo los sentimientos negativos pueden hacer daño a las personas, a raiz de unos mensajes anónimos que enviaba un compañero tratando de atacar a quienes lo hacían sentir enojado o en desventaja. Aunque lastimaba, sus compañeros lo identificaron y lo fueron dejando solo, aislado, de manera que sus malas acciones le trajeron como consecuencia la sanción social. 


No estamos exentos de que sentimientos de envidia o celos nos invadan, pero tenemos a un Padre amoroso que nos enseña que siendo sus hijos nuestro testimonio debe ser el amor, tal como lo dice 1 Corintios. De manera que si nos asaltan sentimientos negativos, aferrémonos a nuestro Padre quien con seguridad nos dará ese don maravilloso del amor que com dice el verso 7: Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.


Amado Padre celestial. gracias porque en cada momento de nuestra vida y para cada circunstancia tienes una palabra que nos alienta y edifica. Por favor te pedimos, que nos redarguyas cuando en nuestros corazones se quieran instalar sentimientos que no están de acuerdo con tu amor. Te adoramos Señor, en el nombre de Jesús, amén.