GALATAS 5:22-23
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
SALMOS 37:7
Guarda silencio ante Dios, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.
SALMOS 40:1
Pacientemente esperé a Dios, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
COLOSENCES 3:12
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia
EFESIOS 4:2
Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
SANTIAGO 1:1
Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
SALMOS 32:8
Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.
La paciencia hace parte de los frutos del Espìritu. Gálatas en el verso 22 del capítulo 5 nos lo dice: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe". Infortunamdamente, hoy en día la paciencia es escasa. Dada la velocidad a que se mueve la vida, dados los cambios permanentes en tecnología y ciencia, dada la facilidad para adquirir cosas, no esperamos pacientemente sino que nos lanzamos de frente a tomar decisiones, a adquirir, a llegar, sin pensar que si somos hijos de Dios, si tenemos en nuestros corazones al Espíritu Santo, debemos usar ese fruto tan necesario como es la paciencia y esperar a que el Señor ejecute ese plan perfecto que tiene para nosotros.
Escuchando al ya fallecido doctor Charles Stanley de la organización Ministerios en Contacto, entendí que la paciencia es un don que debemos ejercitar todos los días de nuestra vida, que requiere fe, obediencia, discernimiento del tiempo de Dios, amar a Dios, valentía y determinación para esperar.
Si andamos de la mano del Señor, si ante cualquier decision, cualquier deseo, cualquier problema nos acercamos a Él y le rogamos su dirección y le pedimos conforme a su voluntad podemos esperar varios tipos de respuestas. Lo que debemos hacer es aceptar cualquiera que sea:
Puede ser NO. No, quiere decir, no porque te amo y te protejo.
Puede ser NO POR AHORA. En este caso es: Por ahora no te conviene y como te amo y te protejo, daré luz verde en el momento adecuado.
Puede ser: SI PERO TODAVÍA NO. En este caso al igual que en el anterior, nos pide el Señor que esperemos al momento adecuado.
Puede ser SI. Y en este caso, de manera inexplicable frente a toda previsión lo que requerimos se nos da.
En todos los casos, puede ser que nos conteste inmediatamente o se tome su tiempo para hacerlo. Sin embargo, si tenemos esa relación estrecha con nuestro Padre, debemos, como nos dice David en el Salmo 37:7 "Guarda silencio ante Dios y espera en él". Si hacemos eso, si esperamos en silencio su dirección, el resultado será como lo dice Salmos 40:1 "Pacientemente esperé a Dios, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor".
La paciencia también hace referencia a nuestras relaciones . Si queremos que el Señor tenga paciencia con nosotros, lo mínimo que debemos hacer es ser pacientes porque como sus hijos debemos marcar la diferencia y como dice Efesios 4:2 "Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor".
La finalidad del ejercicio de la paciencia es que seamos cada día mejores y mas cercanos al Señor, teniendo la certeza de que el Señor no nos dejará solos sino que como dice Salmos 32:8 "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos".
Amado Padre celestial, gracias por darnos la paciencia como fruto de tu espíritu. Entendemos que si dependemos de ti, si cada una de nuestras necesidades de nuestros deseos, planes o problemas son puestos delante de ti, nos enseñas el camino que debemos andar. Gracias por darnos la valentía, la fe y la capacidad de obedecerte. Queremos aprender a esperar pacientemente tu dirección y a actuar en consecuencia. Te adoramos Señor, en el nombre de Jesus, amén.