MATEO 6:31-33
31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
2 CORINTIOS9:10
10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.
HECHOS 20:35
35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
Cuando leemos la palabra de Dios y específicamente estos pasajes, nos conmovemos al pensar que el Señor nunca nos ha de desamparar. Nos dice que no tenemos que afanarnos por nada, que somos ovejas de su prado, que Él sabe lo que necesitamos y nos lo dará si buscamos primero su reino y su justicia.
Sin embargo, me asalta una pregunta. ¿para qué todo lo que nos da? ¿Habrá una razón adicional por la que nos dé sin medida, sin merecerlo? En estos momentos tan difíciles para el mundo entero podemos sentir la misericordia del Señor que nos permite levantarnos cada día sin las afugias del que no tiene qué comer o dónde dormir. No es así para todo el mundo. Pasaba por debajo de un puente a eso de las 7:00 de la noche y encontré a una familia con varias maletas, niños, uno de brazos, y un papá y una mamá tratando de acomodarlos y guarecerlos del frío. No pude dejar de sentirme un poco responsable y con el compromiso de aportar aunque fuera mínimamente a su bienestar. En ese momento entendí que Dios nos da no solo para satisfacer nuestras necesidades, sino para que contribuyamos a suplir las de los demás. Ese es el amor de Dios que debemos reflejar. Si tenemos, demos, si tenemos menos, demos más, porque solo así reflejaremos ese amor maravilloso de nuestro Padre celestial que sabe lo que requerimos y jamás nos dejará avergonzados.
Recordemos a 2 Corintios 9:10 que lo expresa claramente: "Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia". Nuestro Señor aumentará los frutos de nuestra justicia, que se materializan en cada persona que necesita de nuestra solidaridad y en la oportunidad que nos da de reflejar su amor a través de nuestras muestras de generosidad y apoyo material.
Amado Señor, gracias por poner en nuestros corazones tanto el querer como el hacer; gracias por darnos un corazón de carne que se conduele del que requiere nuestra ayuda. Sabemos que aunque Tú no nos necesitas, nos das la oportunidad de manifestar tu amor. Queremos ser instrumentos tuyos y dar de lo que tu nos das a todo aquel que lo necesita. Mueve por favor nuestros corazones para aportar a los otros de lo que tenemos y por favor permítenos entender, como dice tu palabra, que es mejor dar que recibir. Te adoramos Señor en el nombre de Jesús, amén.