DICIEMBRE 21
MATEO 1: 22-25
22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:
23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
24 Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
25 Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.
Así como Lucas narra el nacimiento de Jesús, Mateo ratifica lo escrito, describiendo claramente cómo se sucedieron los hechos. En este pasaje hace especial énfasis en la situación que estaba viviendo María y en la reacción de José quien era su esposo, pero con quien no se había juntado.
José era un hombre bueno y justo y no quería hacer mal a María, por lo que optó por repudiarla en secreto. Por supuesto, el Padre no iba a dejar que la mujer que decidió correr todos los riesgos por aceptar ser la madre de su hijo fuera dañada, y por ello, envió un ángel para que en sueños le contara a José la verdad de lo que estaba sucediendo y le ordenara que no debía dejarla.
Cuando José despertó, debió sentir gran alivio al recordar y creer lo que el ángel le había dicho acerca del embarazo de María. Por ello, decidió no hacer nada y continuar su relación con ella. Para que José actuara como lo hizo, debió ser un hombre de fe, capaz de creer y estar dispuesto a obedecer a Dios.
El ángel, además, le dijo que debería ponerle por nombre Jesús, porque él vendría a este mundo a salvar al pueblo del pecado y a reconciliarlo con Dios. José continuó su relación con María y dice el versículo 25: "Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito".
En esta versión escrita por Mateo, el énfasis está en José quien se podría sentir muy afectado y herido en su amor propio porque sabía que no había intimado con María y se preguntaba de quén sería ese hijo que estaba esperando. Lo más importante aquí es que antes de que el ángel se le apareciera en sueños, él ya había decidido no perjudicar a María sino dejarla en secreto.
Este pasaje nos enseña dos cosas muy importantes acerca del corazón de José: 1. Que no quería hacerle daño a María a pesar de que las evidencias mostraran que había sido engañado. 2. Que José creyó lo que el ángel le dijo en sueños y se dispuso a obedecer ciegamente.
Amado Señor, gracias por enseñarnos en medio de los acontecimientos descritos, que tanto María como José decidieron creer por encima de lo aparente. Entendieron que los razonamientos humanos son limitados y que Dios está por encima de todos ellos. Por favor acrecienta nuestra medida de fe para que seamos capaces de obedecer tu palabra ciegamente y ser como niños que saltan al vacío con la certeza de que sus padres no los dejarán caer. Te adoramos Señor, amén.