ENERO 22
COLOSENSES 3:5-15
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca.
9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,
11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.
15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
Cuando hemos recibido al Señor en nuestro corazón, empieza para nosostros una nueva vida. Somos unas nuevas personas, nacimos espiritualmente y el viejo hombre quedó atrás.
¿Qué significa eso? Pues que nuestra antigua forma de vivir debe ser reemplazada por la manera en que Jesús nos indica. Nuestra vida debe estar centrada en Él, y todo lo que para nosostros ocupaba los primeros lugares, debe desaparecer, No, a lo que dice Colosensses en el verso 5: "fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia", pero también no, a todas esas cosas que cuando nos ponemos delante de Dios y le pedimos, nos revela, para así, ser cada día más como Él lo quiere, para ser agradables a Él que es lo que realmente importa.
Como nuevas personas, personas de Jesús, debemos llenarnos de los frutos del espíritu: ser misericordiosos, benignos, humildes, mansos y pacientes. También tolerantes, respetuosos, amorosos, perdonándonos unos a otros. agradecidos con Dios por lo que nos da, y permaneciendo en Él, buscándolo todos los días para estrechar cada día nuestra relación y recordando que todos pertenecemos al cuerpo de Cristo.
Señor queremos darte muchas gracias por hacer de nosotros unas nuevas criaturas, unas nuevas personas. Gracias por darnos un nuevo corazón, que viva solo para ti. Por favor te pedimos que produzcas en nosostros la motivación para estar siempre ahí frente a ti, mejorando nuestra relación y siendo cada día mejores y mas agradables a ti. Te adoramos Señor, amén.
Alirio alberto cifuentes
23.01.2020 10:49
Dios me ama