SALMOS 50:14-15
14 Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo;
15 E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.
SALMOS 50: 23
23 El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.
¿Qué quiere el Señor de nosotros? En este Salmo nos da unas pistas de lo que espera, para sentirse honrado. Él no necesita nada de nostros. Es el dueño de todo lo que existe, y nada de lo que podamos ofrecerle como sacrificios, ayunos, mortificaciones, dinero, entre otros, necesita. Él solo quiere que le alabemos, que nuestro sacirificio sea de alabanza y adoración. Con eso y con que cumplamos las promesas que le hemos hecho.
Adorarlo y alabarlo agradan a Dios y como respuesta a ello, su palabra dice que si así lo hiciéramos, el día de la angustia nos protegerá y evitará el dolor. Además de lo anterior, el Señor nos da una promesa: que si enderezamos nuestros caminos, el nos mostrará la salvación.
Aunque en ocasiones nos sintamos desamparados, maltratados, cuando sintamos que se aprovechan de nuestras actitudes cristianas y vemos cómo toman ventaja en nuestras narices, cuando al conocer nuestro corazón manipulan los sentimientos y nos hacen sentir como tontos, no importa. Cumplir la palabra de Dios, en todos los aspectos en la medida de nuestras fuerzas es parte de nuestra relación con Dios y no con los hombres, porque es a Él a quien debemos agradar y honrar.
Y decimos que en la medida de nuestras fuerzas porque sabemos de nuestra debilidad, pero también sabemos que el Señor nos conoce, valora nuestra intención y produce en nosotros el querer y el hacer.
Amado Señor, nos alivia mucho saber que Tú nos amas y solo nos pides sacrificios de alabanza y adoración. Sólo nos pides que ordenemos nuestro camino. También nos alivia saber que nos aceptas como somos, con todas nuestras debilidades y flaquezas. Por favor Señor te pedimos que nos soportes, que como dice tu palabra, podamos estar en tu regazo descansando y entregándote nuestras miserablezas y que Tú nos las devuelves con bendiciones y amor. Te adoramos Señor, amén.