JUNIO 11

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

LA PALABRA DE DIOS

JUAN 15: 12 , 13, 17

12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.

1 CORINTIOS 13: 4 - 7

4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;

6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

MATEO 22: 37 - 40

37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

38 Este es el primero y grande mandamiento.

39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

REFLEXIÓN

Vivimos unos momentos convulsionados en los que el odio, la polarización, la intolerancia, el irrespeto por la vida son el pan de cada día. En toda mi vida nunca había sentido la sensación de inseguridad que se vive en estos momentos a causa de las ideas políticas. En el mundo entero aparecen personas que sin razón aparente asesinan grupos enteros de niños, de asistentes a iglesias, de policias y fuerzas militares. Los líderes comunitarios son asesinados y los seguidores de uno y otro bando solo tienen palabras descalificadoras para sus contrincantes.  Pareciera que contratan personas para esculcar en las vidas de los oponentes para acabar su honra y así decretarles la muerte política.

¿Qué nos dice la palabra de Dios al respecto? En primera instancia, Dios es amor y el propio Jesús, vino a darnos la mayor lección de ese amor infinito del Padre, cuando fue hasta la cruz por nuestros pecados. Ya lo dijo: "No hay amor mas grande que aquel que da la vida por sus amigos". Por otra parte, en 1 Corintios nos enseña cómo debe ser la manifestación del amor, amor a todos, sin distingo. Amor sufrido, benigno, tolerante, que no busca lo propio. que no es jactancioso.

El amor es el más grande mandamiento del que depende todo. Mateo nos lo dice e incluye en ello el amor al otro, como a nosotros mismos. Por ello, debemos hacer una profunda reflexión acerca de nuestro comportamiento frente a los demás. Debemos cuidarnos de descalificar a los que actuan o piensan diferente a nosotros. Debemos tratar de mostrar el rostro de Jesús en nuestras vidas. Debemos apartarnos de todo comentario que dañe a otro. Debemos, en resumen, ser lámpara, para reflejar la luz de Dios que con su amor nos cobija. Quizás así cuando cada uno de nosotros adopte esa conducta, el amor de Dios permee a las personas a nuestro alrededor

Amado Padre celestial, ¿Qué haríamos sin tu amor? No queremos ser parte del odio y la intolerancia que se mueven rampantes en estos momentos. Por favor regálanos la capacidad de dar amor y reflejar el tuyo y ten misericordia de este mundo tan convulsionado. Por favor, Señor cambia nuestra tierra, nos sentimos impotentes frente a los hechos actuales y no queremos seguir sintiendo el odio y la intolerancia. Danos un corazón de carne que se conduela del prójimo y que no lo juzgue ni descalifique porque piensa o actúa diferente. Solo Tú Padre celestial puedes cambiar este mundo. Gracias Señor, oramos en el nombre de Jesús, amén.