MAYO 21

Alabad al Señor, naciones todas; pueblos todos, alabadle.

Alabad al Señor, naciones todas; pueblos todos, alabadle.

LA PALABRA DE DIOS

SALMOS 117

1 Alabad al Señor, naciones todas; pueblos todos, alabadle.

2 Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, Y la fidelidad de Dios es para siempre. Aleluya.

REFLEXIÓN

En nuestra realación diaria con Dios, uno de los mejores momentos es el de la alabanza. Nuestro corazón se derrama ante el Señor entonando canciones que nos llevan a sentir su amor y mientras más lo hacemos más sentimos su presencia en nuestras vidas y su inconmensurable amor que nos arropa. Él habita en nuestra alabanza, como lo hacía con el pueblo de Israel, tal como lo dice el salmo 22 verso 3:  "Pero tú eres santo, Tú, que habitas entre las alabanzas de Israel".

La alabanza nos adentra en una comunión especial con nuestro Señor porque nos hace olvidar lo que hay a nuestro alrededor. Alabar no es únicamente cantar,  es reconocer su omnipotencia, su amor, su protección.  Es declarar que somos hechura suya y que  nuestra vida gira a su alrededor. Es darle gracias por todo lo que tenemos, por lo que hay a nuestro alrededor, por lo que nos da y por lo que no. Por las alegrías y las tristezas. Por las lecciones que nos hacen reflexionar. Por todas las oportunidades que nos da para ser cada día mejores personas. Eso es alabar.

El salmista nos exhorta a alabar al Señor a todos, a todo ser viviente. No podemos dejar de hacerlo y debemos procurar que otros lo hagan también. La razón está en el verso 2: "Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia". Sí, solo por su misericordia estamos postrados ante Él recibiendo su amor y su perdón, porque se conduele de nosotros y nos perdona los pecados, porque conoce nuestra debilidad y envía al Espíritu Santo en nuestra ayuda.

Debemos alabarle porque su fidelidad  es para siempre. Si, el Señor es de una sola palabra, Dice la biblia que Dios nos es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Es fiel sin importar nuestra infidelidad, nos ama a pesar de nosotros mismos. Por ello, de nuestro corazón no pueden salir sino alabanzas para Él.

Amado Señor queremos darte muchas gracias porque nos enseñas con amor el mejor camino para estar contigo. Gracias porque nos exhortas a alabarte y porque los sacrificios que esperas son precisamente de alabanza. Con ello te gozas Señor y  nos gozamos todos. Ayúdanos por favor a contar de tu amor para que cada día haya más personas que se regocijen en ti y te alaben. Te adoramos en el nombre de Jesús, amén.