SEPTIEMBRE 22 

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

LA PALABRA DE DIOS

NÚMEROS 23:19-20

19 Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

20 He aquí, he recibido orden de bendecir; Él dio bendición, y no podré revocarla.

REFLEXIÓN

Moisés en Números 23:19 hace referencia a una característica de Dios. Una característica que lo diferencia completamente del hombre. Dios, creador de todo lo que existe, no puede negarse a si mismo, como tampoco puede mentir. Si así fuera, ninguna seguridad en Él pordríamos tener. Nuestra fe se basaría en una mentira.

Dios nos ha dado todas las pruebas de su inmutabilidad a través de la biblia. Su hijo Jesús fue el cumplimiento de la promesa expresada en Isaías 7:14, "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel" Igualmente, su crucifixión y muerte sucedieron en cumplimiento de  las escrituras, tal como el mismo Jesús lo dijo en la cruz "Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, para que la Escritura se cumpliese, dijo: Tengo sed".Juan 19:28

Números 10, dice "Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?". En Él podemos descansar, poner nuestra confianza y creer en cada una de las promesas que nos ha dado a través de la escritura. Él, a diferencia de los seres humanos, cumple. Dice y hace, Él habla y ejecuta. Desde el segundo versículo de Génesis  dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Por eso, cuando el Señor dio bendición es una bendición para siempre y nada ni nadie podrá revocarla.

Amado Dios, queremos darte gracias porque podemos depositar nuestra confianza en Ti, con la certeza de que no nos fallarás. Tú eres inmutable y no te desdices. Gracias porque has manifestado tu amor incluso permitiendo el sacrificio de tu hijo Jesús para salvarnos de la muerte eterna. Enséñanos por favor a adorarte como debe ser, a entender que eres lo único verdadero que existe y que tus promesas son en el si y en el amén. Te adoramos Señor y oramos en el nombre de Jesús, amén.