FEBRERO 3

Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres

Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres

LA PALABRA DE DIOS

MARCOS 7:5-13

5 Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?

6 Respondiendo él, les dijo: hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí.

7 Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres.

8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.

9 Les decía también: bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.

10 Porque Moisés dijo: honra a tu padre y a tu madre; y: el que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

11 Pero vosotros decís: basta que diga un hombre al padre o a la madre: es Corbán (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte,

12 y no le dejáis hacer más por su padre o por su madre,

13 invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido. Y muchas cosas hacéis semejantes a estas.

REFLEXIÓN

Dice Marcos, que estaba el Señor junto con sus discípulos, fariseos y escribas que habían venido de Jerusalén y se disponían a comer. Jesús con seguridad no estaba con miramientos, no se fijaba en pequeños detalles que no tienen importancia para la vida. A Él le importaba su Padre, nuestro Padre y el cumplimiento de su palabra.

Pero no  así los fariseos, quienes apegados a la tradición eran muy quisquillosos en cuanto a su cumplimiento. Entonces abordaron a Jesús y le preguntaron cuál era la razón por la que sus discípulos no se lavaban antes de comer, tal como lo exigía la tradición de los ancianos.

Con esta pregunta, dieron paso a Jesús para que les recordara que primero es el cumplimiento de la palabra de Dios y que la tradición no es más que eso, y no se puede constituir en el reemplazo de la palabra. La tradición de los hombres no puede reemplazar la ley de Dios. En nuestra vida diaria debemos ser muy cuidadosos en este aspecto, porque debemos dar el primer puesto a lo que realmente importa y poner en su justo lugar las costumbres y las palabras de las personas.

Ejemplo claro de ello dio cuando se refirió al mandamiento "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que tu Dios te da". Esa es una directriz clara y no puede ser invalidada por ninguna tradición. Les decía el Señor que invalidaban la palabra aduciendo que era para hacer ofrenda al Señor, cuando su primera obligación era para sus padres, tal como lo dice la palabra.

Debemos permanecer alerta, leyendo la palabra y pidiendo a Dios que nos revele el significado de lo que allí está escrito, para dar a Dios su lugar, que no puede ser usurpado por los hombres, así hablen en su nombre, porque en últimas, son sus palabras y sus conceptos. Solo el Señor nos puede revelar el significado de cada letra allí escrita y ese proceso es personal. Cuando leemos y oramos, de pronto sentimos su revelación, entendemos de qué se trata  y en concordancia tenemos que obrar.

Amado Señor Jesús, hoy aprendimos que la palabra de Dios, no puede ser invalidada por la tradición de los hombres y por ello te damos gracias. Queremos ser agradables a ti y obedecerla. Por favor revélanos tu voluntad y muéstranos el camino para no separarnos jamás de ti. Sentimos tu presencia y somos testigos de los milagros que haces en nuestras vidas y las de los que amamos. Te adoramos Señor, amén.