ENERO 18

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino

Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino

LA PALABRA DE DIOS

MARCOS 10:46-52

46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.

47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!

48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!

49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.

50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.

51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.

52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.

REFLEXIÓN

Un ciego recibe la vista. Oíste hablar de Jesús? De pronto lo mismo que oyó Bartimeo. Él sana enfermedades, saca demonios, levanta a los caidos, da vista a los ciegos.

Este hombre aprovechó su oportunidad cuando supo que Jesús pasaría por alli, y comenzó a gritarle por su nombre, además, a reconocer públicamente que sabía quién era, y a suplicarle que tuviera misericordia de él.

¿Qué habría en el llamado de este hombre que hizo detener a Jesús y ofrecerle su ayuda?: ¿Qué quieres que haga por ti? le dijo. Y este hombre que por alcanzarlo había dejado lo que llevaba, (su capa), tenía la respuesta preparada: "Que recobre la vista", porque al parecer la había perdido y su deseo era volver a ver. 

Y este buen Jesús, no solo le devolvió lo que había perdido, sino que le dio la salvación. Termina bonita esta historia: " Seguía a Jesús en el camino". No importa qué te motiva para llamar la atención de Jesús, ten la seguridad que Él te escuchará, te bendecirá y te dará la salvación.

Amado Padre, muchas gracias por tu amor. Gracias por condolerte de nosotros y de nuestras necesidades. Hemos recobrado la vista cuando nos encontramos contigo. Ayúdanos a seguirte dejando todo lo que tenemos porque Tú, bien lo vales. Te adoramos Señor. Amén.