JUNIO 6

Pero los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

Pero los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

LA PALABRA DE DIOS

 ISAÍAS 40: 28 - 31

28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es el Señor, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.

29 Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;

31 pero los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

REFLEXIÓN

A veces la vida se pone literalmente "a cuadritos". Sin motivo aparente se nos viene el mundo encima y no entendemos de primera mano, qué pasa y porqué. Tratamos de ser correctos, tratamos de tratar a todos bien, de ayudar, en fin, pensamos que de esa manera todo va a estar bien, porque a nuestro juicio estamos  alineados a la voluntad de Dios.

¿Por qué nos ocurren cosas así, ¿será que Dios quiere decirnos algo o hacer algo en nuestras vidas? Para mi, esa es la respuesta a los momentos tan difíciles en los que nos sentimos acorralados. Con toda certeza puedo decir que el Señor no falla. Él cumple en nosotros su propósito perfecto, aun a costa de nuestra tranquilidad. 

Como dice su palabra, Él es quien nos acompaña en esos momentos, nos da fuerzas y nos hace volar como águilas, porque es en sus fuerzas que nos apoyamos y en nuestra debilidad somos fuertes. Cuando tengamos situaciones que nos desequilibren acerquémonos confiadamente al Señor y recostémonos en su regazo donde podemos descansar y entregar nuestros problemas para que nos las cambie por su carga fácil. Mientras tanto escuchemos atentamente, qué es lo que quiere decirnos y cuando estemos seguros de su voluntad, cuando sintamos paz en medio de la tormenta que estemos viviendo, sabremos qué decisión tomar, qué camino coger, qué hacer.

Amado Padre celestial, tú nos conoces completamente, y no queremos tener dobleces contigo. Sabes de nuestras dificultades, de nuestros anhelos, sabes sobre todo que somos débiles e impotentes ante la adversidad. Nos sostiene el saber que si esperamos en ti, nos das cada día nuevas fuerzas para caminar y para sostenernos. Gracias por tu amor y protección y como dice tu palabra, al confiar en ti todo se nos dará para el cumplimiento de tu plan perfecto y no seremos avergonzados jamás. Te adoramos Señor y oramos en el nombre de tu hijo Jesús, amén.