MAYO 7

LA PALABRA DE DIOS

Toda la tierra te adorará

SALMOS 66:1-4


1 Aclamen con júbilo a Dios, habitantes detoda la tierra;


2 Canten la gloria de Su nombre; hagan gloriosa Su alabanza.


3 Digan a Dios: ¡Cuán portentosas son Tus obras! Por la grandeza de Tu poder, Tus enemigos fingirán que te obedecen.


4 Toda la tierra te adorará, y cantará alabanzas a Ti

REFLEXIÓN

Cuando el salmista escribió estas palabras, reflejaba un anhelo profundo por ver a toda la humanidad rendida ante la majestad de Dios. “Aclamen con júbilo a Dios, habitantes de toda la tierra” es un llamado universal, una invitación a reconocer Su grandeza y poder. No importa la nacionalidad, cultura o contexto, toda lengua y nación están llamadas a glorificar Su nombre. En un mundo donde tantas voces se levantan para dividir y separar, el clamor de alabanza al Creador unifica, transformando corazones y restaurando esperanzas.


El poder de Dios es tan inmenso que incluso Sus enemigos no tienen más opción que reconocer Su soberanía. Es una escena poderosa imaginar a toda la tierra, incluso aquellos que le resistían, rindiéndose ante Su poder y cantando alabanzas. Así como las olas obedecen al viento, así la creación responde al mandato de su Creador. Nosotros, como parte de esa creación, estamos invitados no solo a reconocer Su poder, sino a celebrarlo con júbilo, sabiendo que Sus obras son portentosas y perfectas.


Hoy, cuando contemples la naturaleza, cuando veas la inmensidad del cielo o escuches el susurro del viento, recuerda estas palabras: Toda la tierra te adorará y cantará alabanzas a Ti. Únete a esa sinfonía celestial y permite que tu vida sea un reflejo de esa adoración constante y sincera, reconociendo cada día Su poder y majestad en todo lo que haces.


Señor, qué grande eres y cuán portentosas son Tus obras. Hoy quiero unirme al cántico de toda la tierra, quiero proclamar Tu gloria y hacer gloriosa Tu alabanza. Permíteme reconocer cada día Tu poder en mi vida y rendirme a Ti con un corazón humilde y agradecido. Que mis palabras y acciones reflejen mi adoración a Ti, mi Creador y Salvador. En el nombre de Jesús, amén.