JESÚS EN TU VIDA

SALMOS 37: 4

Deléitate asimismo en el Señor, y Él te concederá las peticiones de tu corazón.

JUAN 16: 23

De cierto, de cierto os digo, que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.

REFLEXIÓN

La oración es más que palabras; es el puente que nos conecta con el corazón del Padre. A veces oramos con temor, como si dudáramos de que Dios realmente nos escucha o quisiera responder. Sin embargo, Su Palabra nos asegura que Él concede los anhelos de quienes se deleitan en Él (Salmo 37:4) y que todo lo que pidamos en el nombre de Jesús nos será dado conforme a Su voluntad (Juan 16:23). Dios no es indiferente a nuestras peticiones; más bien, espera con amor que nos acerquemos a Él con confianza.

Cuando oramos, no solo presentamos nuestras necesidades, sino que también nos rendimos a Su perfecta voluntad. A veces, las respuestas no llegan como esperamos, pero podemos confiar en que Dios siempre obra para nuestro bien. Su tiempo es perfecto y Sus planes son más altos que los nuestros. La clave no es solo pedir, sino aprender a deleitarnos en Su presencia, a buscar primero Su reino, y entonces veremos cómo Él obra en nuestras vidas de maneras que ni imaginamos.

Hoy es el día para fortalecer tu vida de oración. No te limites a peticiones apresuradas o rutinarias, sino toma un momento para hablar con Dios desde lo profundo de tu corazón. Confía en Su amor, en Su fidelidad y en Su poder para transformar cualquier situación. Su respuesta siempre llegará, ya sea con un sí, un espera o con algo aún mejor de lo que pediste.

Padre amado, me acerco a Ti con el corazón lleno de confianza y gratitud. Tú eres fiel y has prometido escuchar cada oración hecha en el nombre de Jesús. Enséñame a deleitarme en Ti, a buscarte no solo por lo que puedas darme, sino porque eres mi mayor tesoro. Ayúdame a confiar en que Tus planes son perfectos y que responderás en el tiempo y la forma correcta. Hoy deposito mis cargas en Tus manos y descanso en Tu amor. En el nombre de Jesús, amén.