ABRIL 15

LA PALABRA DE DIOS

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento

MATEO 6:6


Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

REFLEXIÓN

En un mundo donde el ruido y las distracciones son constantes, la Palabra de Dios nos invita a un acto íntimo y transformador: la oración en secreto. Jesús, en su enseñanza, no solo nos exhorta a orar, sino que nos muestra el camino para conectar con el Padre en un espacio apartado, lejos de la mirada de los hombres. En aquel tiempo, la práctica de la oración era muchas veces un acto público, un símbolo de piedad ante los demás. Sin embargo, Jesús redefine este concepto y nos invita a un encuentro personal y sincero con Dios, donde solo Él y nuestro corazón sean los testigos.


La referencia al “aposento” no es solo un lugar físico, sino un estado espiritual. Es un espacio donde las cargas se alivian, las preocupaciones se disipan y la comunión con el Padre se vuelve real y cercana. Este acto de cerrar la puerta simboliza dejar afuera todo aquello que distrae, que impide la intimidad con Dios, para entregarnos completamente a Su presencia. Es en ese momento de vulnerabilidad y honestidad donde nuestras oraciones cobran un sentido profundo, y donde Dios, que ve en lo secreto, actúa con poder en nuestras vidas.


Y la promesa no tarda en llegar: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Dios honra la sinceridad del corazón. Lo que en silencio se pide con fe, en público se manifiesta como testimonio de Su fidelidad. No se trata de una recompensa material necesariamente, sino de paz, fortaleza, dirección y respuestas que exceden nuestro entendimiento. Esa es la grandeza de orar en lo secreto: lo que el mundo no ve, Dios lo valora, y lo que Dios valora, el mundo lo verá reflejado en nuestras vidas.


Señor, llévame a ese lugar secreto donde solo Tú y yo estemos. Permíteme entrar en Tu presencia con un corazón sincero y un espíritu dispuesto. Que cada palabra que pronuncie en intimidad contigo, sea escuchada por Tus oídos atentos y guardada en Tu corazón amoroso. Confío en que lo que pido en secreto, Tú lo manifiestas en Tu tiempo perfecto. Amén.


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