Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta
FILIPENSES 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
A través de la historia bíblica, vemos cómo Dios se ha manifestado como el Proveedor fiel de Su pueblo. Cuando los israelitas caminaban por el desierto, Él les dio maná del cielo y agua de la roca, mostrándoles que en medio de la escasez, Él podía proveer lo necesario para sostenerles. En tiempos de necesidad, Dios no se limita a las circunstancias visibles; Su poder trasciende lo natural, y es capaz de abrir caminos donde no los hay, multiplicar lo poco y convertir lo imposible en realidad.
En nuestra vida diaria, esta promesa sigue vigente: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). No se trata solo de lo material, sino también de las necesidades del alma: paz, consuelo, fortaleza y esperanza. Cuando enfrentamos dificultades o atravesamos temporadas de incertidumbre, esta promesa se convierte en un refugio seguro, recordándonos que Dios está en control y Su provisión es abundante y perfecta.
Hoy, puedes descansar en esa certeza. Aunque el panorama sea incierto, aunque los recursos parezcan escasos, Dios tiene el poder de suplir en abundancia. Él no solo conoce tus necesidades, sino que las llena conforme a Su gloria, que es infinita y eterna. Confía, porque Su mano nunca llega tarde y Su provisión siempre es suficiente.
Señor, gracias porque en medio de cada situación eres mi Proveedor. Confío en que suplirás cada una de mis necesidades conforme a Tus riquezas en gloria. Ayúdame a descansar en Tu fidelidad y a recordar que nada me falta si estoy en Tus manos. Amén.